lunes, 5 de noviembre de 2007

Problemas del alcoholico

El alcohólico es una persona que no puede dejar de beber afectando enormemente su calidad y estilo de vida, así como los de las personas que los rodean

Hay que distinguir entre las personas que abusan del alcohol, pero que no llegan a depender de él, ni han perdido el control sobre su consumo y los alcohólicos, que se caracterizan por tener periodos de preocupación y desesperación por ingerir bebidas alcohólicas y porque ya han desarrollado una enorme y enfermiza dependencia.
Sin embargo, si los primeros no aprenden a controlar el consumo, pueden fácilmente convertirse en alcohólicos.

El alcohólico es una persona que no puede dejar de beber y cuyo hábito afecta su calidad y estilo de vida. Estas personas se caracterizan por tener una dependencia al alcohol que se traduce, por un lado, en la incapacidad de suspender en consumo aunque se sientan mal y en la incapacidad de abstenerse de tomarlo a toda hora, cuando saben que deben dejarlo definitivamente.

La mayoría de los adictos al alcohol, niegan que tengan un problema y otros más sienten que tienen un “aguante” especial del que muchos presumen y el que califican como “no dañino”. El “a mí no me pasa nada”, forma quizá la parte más peligrosa de sus muchos mitos.

Entre las señales de que una persona ha perdido el control sobre el consumo de alcohol y que es esta droga la que la está controlando a ella, están:
- Beber solos u ocultándose de toda persona sin importar la hora del día.
- Comprar botellas en exceso, aún cuando se tienen algunas en casa.
- Olvidar compromisos o conversaciones
- Hace un ritual de beber antes de la comida, con ésta y después de ella, y mostrar enojo cuando se altera o cuestiona dicho ritual.
- Perder interés en actividades, aficiones o personas que antes solían brindar bienestar.
- Irritabilidad a medida que se acerca la hora usual de beber, sobre todo cuando se carece de alcohol.
- Establecer relaciones con personas alcohólicas y planear todo el tiempo actividades para “ir a chupar” “chelear” o “echarse una copa”.
- Guardar bebidas alcohólicas en sitios inusuales en el hogar, trabajo o automóvil - Tomar las bebidas de un solo trago, ordenar tragos dobles o tomar una tras otra.
- Intoxicarse de forma intencional para sentir bienestar o beber para sentirse “normal”.
- Tener problemas interpersonales, de trabajo, económicos o legales provocados por el continuo consumo de bebidas alcohólicas.

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